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Introducción

INTRODUCCIÓN MÓDULO 1

¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE SINHOGARISMO?

Las palabras son importantes, nos lo vais a estar leyendo y escuchando a lo largo del curso. Cuando hablamos de personas sin hogar es importante delimitar el concepto y dejar claro qué entendemos por sinhogarismo. 

Respecto a personas en situación de sin hogar, el castellano es muy rico y nos da ejemplos variados: indigente, mendigo, vagabundo, holgazán, vago, callejero, necesitado… Los teóricos y las entidades de apoyo a estas personas se han inclinado por utilizar en las últimas décadas “sin techo” o “sin hogar” para referirse a un colectivo que, insisten, es muy heterogéneo. Llama la atención, insistimos, la elección de las “no palabras”. 

Una de las cuestiones clave para nosotras es que entiendas que 

Un persona no es sin hogar, está sin hogar.

Y es importante la diferencia, porque una situación es reversible pero una condición, y más una tan estigmatizada como esta, te acompaña de por vida. Además, a este estigma se le suman otros componentes. Pongamos que esa persona que está sin hogar, además:

  • Es mujer
  • Pobre
  • Migrante
  • Racializada
    Diversa sexualmente (lesbiana, bisexual, transexual, transgénero)
  • Con uso/abuso de drogas
  • Se prostituye / es explotada sexualmente
  • Tiene discapacidad
  • Tiene un transtorno de salud mental diagnosticado o síntomas que alguien puede relacionar con alguna enfermedad mental
  • es una mala madre porque ha “perdido” a sus hijas/os
  • es una mala hija/hermana que no cuida de sus familiares

Son numerosas las opresiones, barreras y dificultades que pueden llegar a atravesar a una persona. Y esta mirada del sinhogarismo como una situación o proceso en el que una persona está es desde donde nosotras, después de muchos años de experiencia profesional en este campo, entendemos el sinhogarismo. 

 Pero el camino para que la sociedad llegue a aceptar el sinhogarismo como un “proceso” o una situación y no como una condición y se llegue a entender que las personas que están sin hogar no son un colectivo homogéneo y sus situaciones y trayectorias son diversas, está siendo, como repite Paula Mayock, dolorosamente lento.

Si de este curso sólo te quedaras con un interruptor en la cabeza que te salte cada vez que escuches  “ese sinhogar”,  “es una sinhogar”, “ese mendigo” etc y tu cabeza reformule a “es un hombre/una mujer que está sin hogar” o que “está en situación de sinhogarismo”, si, como te decimos, esto es lo único que te llevas de este curso, para nosotras será un éxito total. 

Aún así estamos seguras de que te llevarás muchas cosas más que te van a servir para tu práctica. 

Arrancamos entonces. 

En este primer módulo nos vamos a centrar en las definiciones, en los conceptos. Para llegar a delimitar y elegir una definición de sinhogarismo debemos transitar antes por otras definiciones más universales que contienen elementos clave para entender el sinhogarismo. 

Así, empezaremos abordando una definición genérica de pobreza y de exclusión social. Bajaremos a un nivel más concreto para hablar de la exclusión residencial. Y concluiremos con la definición de sinhogarismo. 

¿Por qué hemos decidido plantearlo así? Sencillo. Desde nuestro punto de vista, y el de  muchos y muchas teóricas de la materia, el sinhogarismo es un problema de vivienda. Para intentar que entiendas las implicaciones que tiene esta afirmación es necesario transitar por este camino conceptual, si quieres. Intentaremos que sea ameno.